En Aragón lleva tiempo un run run de planes para abrir un megacentro de casinos y ocio al más puro estilo Las Vegas, en el desierto de Monegros. Todo viene de la iniciativa de una empresa de capital de riesgo que ya lo planteó montar en su día en otros paises como Francia, pero ha sido en Aragón dónde han apostado por ellos y donde han conseguido el apoyo recibido para llevarla adelante.

No es que la imagen de blackjack, ruleta, o mesas de poker en medio del desierto en un megaparque de ocio me disguste, es que pienso que no va a salir adelante. Quizá dentro de un tiempo me tenga que comer mis palabras, pero veo que es un gran despilfarro de dinero que requiere de la administración que le facilite agua (nada fácil, es un desierto), electricidad, una estación de AVE (recordemos que en medio del desierto), una salida de la autopista A-2, y todo para alimentar a un proyecto de 18 parques temáticos 30 y pico casinos y 2 campos de golf, todo un resort de vacaciones que espera atraer más de 15 millones de turistas cuando esté a pleno funcionamiento.

Mis temores vienen porque este parque pretende ser un Las Vegas, pero no es Las Vegas, también pretende ser un Dubai, pero Dubai está en medio oriente, y ya existe, además de que ha costado mucho más dinero y es mucho más ambicioso, así que en eso también se quedará corto Gran Scala. Mi opinión personal es que Gran Scala no va a pasar de ser un Atlantic city o incluso menos, quizá un pequeño Reno, con algunos sórdidos casinos, esperando un viaje del inserso para hacer sonar las tragaperras, quién sabe, el tiempo dirá si jugamos en España en los casinos del desierto.

En Estados Unidos, donde el juego y los casino están prohibidos en la mayor parte del territorio, hay ciertas islas legales donde se permite esta actividad y donde ha surgido una potente industria del turismo, hoteles casino, casino, espectáculos y millones de dolares en beneficios provenientes de la visita de millones de norteamericanos que buscan en los casino una forma de entretenimiento.

Atlantic city siempre fue un destino predilecto del turismo de playa y el veraneo de los ricos a principios del siglo XX, pero llegada la década de los ’60, este modelo de turismo se había agotado y Atlantic city era solo visitado por turistas de un perfil bajo y su industria turística estaba abocada a la ruína, fue entonces cuando surgió la posibilidad de legalizar el juego, y la ciudad resurgió de sus cenizas abriendo el primer casino de la costa Este de Estados Unidos en 1978.

Muchos son los atractivos de Atlantic city, pero sin duda el paseo marítimo de Atlantic city, el paseo de madera más largo del mundo, salpicado en su recorrido por fabulosas tiendas y hoteles y casino, y el impresionante hotel casino de Donald Trump, el  Trump Taj Mahal casino hotel.

Atlantic city supuso una excelente alternativa a Las Vegas y Reno, ciudades de los casino en la costa oeste de Estados Unidos, para los habitantes de la costa Este, lo cual no siempre le supuso una ventaja ya que su proximidad con el conocido MIT lo convirtió en blanco predilecto de los equipos de conteo de cartas en blackjack del MIT.